Me estoy empezando a preocupar con esta afición mía a las comidas alcohólicas. Beber no bebo mucho, pero a la mínima oportunidad le casco un lingotazo a cualquier plato que se deje.
Esta vez ha sido redundante, porque este aperitivo lo hemos usado para acompañar al cocktail. Vale, lo confieso, es todo un truco para tajar a los invitados de tal manera que les parezca perfecto todo lo que cocinamos.
Pero hay que reconocer que vistoso es un rato, y fácil de hacer.
INGREDIENTES
125 ml de Martini blanco
100 ml agua
5 gr gelatina neutra
Aceitunas
Piel de limón
Si se va a usar gelatina en hojas, empezamos hidratándola en agua. Mientras ponemos a calentar el agua. Cuando rompa a hervir, añadimos la gelatina escurrida (si es en polvo remover bien hasta que se deshaga) y a continuación ponemos el Martini, integramos bien y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Observaréis que no he hablado de reducir, ni de dejar evaporar el alcohol. Si vamos a ser alcohólicos que sea de verdad, y dad gracias que no le he puesto un chorrito de ginebra, en plan James Bond.
En un molde de bombones, o en su defecto una bandeja de cubitos de hielo ponemos una tira de piel de limón y una aceituna (obviamente sin hueso). ¿Valdría una cebolleta? Pues no, primero porque no habría contraste de color y segundo porque no me gustan. Rellenamos con la gelatina hasta el borde y refrigeramos.
Para desmoldar sumergimos unos segundos en agua caliente y servimos frío de la nevera.
Espectacular
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