Mezclamos los ingredientes en un bol y los metemos en la nevera a fermentar una noche. Al día siguiente estiramos la masa con un rodillo hasta dejarla muy fina. Cortamos en círculos de 3cm más o menos y horneamos 3-4 minutos a 240 grados.
Deberiamos ver inflarse los círculos de pan y dorarse ligeramente (ojo, ni parpadees, se queman en un segundo). Sacar del horno y dejar enfriar en una rejilla.
Una vez frios se hace un pequeño agujerito y se rellena de la mousse/espuma que se quiera. En este caso fue de espuma de tomate (puede ser mousse de queso, de atún, mejillones....). Luego conviene tapar el agujerito para no arruinar el efecto sorpresa. En esta ocasión fue jamón y perlas de aceite de oliva. Pero, insisto, la imaginación al poder.
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