Creo haber mencionado en alguna ocasión mi pasión por el queso, menos el de Burgos (con perdón de los burgaleses) que no es queso, es tofu disfrazado. De hecho, el queso me gusta fuerte, muy fuerte, de esos que te pica la garganta y hace unos días me regalaron uno manchego viejo de llorar. Fuerte no, lo siguiente, casi me cambia la voz.
Usar un material así en un plato es peligroso. Los más puristas dirán, con razón, que un queso así solo necesita pan y un buen vino.... Pero ¿que es la vida sin un reto?
Cuando vivía en Inglaterra descubrí el coulant de chocolate, la madre de mi amigo Nicko lo bordaba. El principio es muy básico: un bizcocho de chocolate con poca harina, horneado poco tiempo a mucha temperatura.... ¿Y si sustituimos el chocolate por otro ingrediente fundente? Por ejemplo el queso...preferiblemente uno con cuerpo, que mantenga el sabor a pesar de la harina.
INGREDIENTES
200 gr de queso manchego
4 claras de huevo
6 yemas
100 gr mantequilla
50 gr harina
Sal
Empezamos montando las claras a punto de nieve bien firmes y reservamos. Mezclamos las yemas con el queso rallado y la mantequilla en pomada. Añadimos las claras con cuidado de que no se bajen demasiado y finalmente la harina. Corregir de sal (con cuidado que el queso es fuerte). Meter en una manga y reservar.
Yo he utilizado flaneras desechables de aluminio. Los engrasamos con aceite y los rellenamos con la masa de queso (no hasta arriba que esto es fuertecillo y si son muy grandes empalagan). Cocinamos 3 minutos a 200 grados. Los sacamos del horno, reposamos un par de minutos y desmoldamos recortando el molde. Servir enseguida decorando con granadas o frambuesas.
Se abre el bizcocho y se deja derramar el queso fundido, calentito, mmmmmm
Hola mee ha dado tu blog Nacho
ResponderEliminar