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TARTALETAS BICOLORES CON MOUSSE DE CABRA Y PESTO DE RUCULA


Las tartaletas son otro de esos elementos imprescindibles en la despensa, que te pueden sacar de un apuro a poca imaginación que le eches.  A ver, en este caso está curraillo el relleno, pero en realidad puedes batir una lata de pate Apis con una reducción de coñac y un poco de nata líquida, meterlo en una manga pastelera y rellenar mini tartaletas con eso.  O cualquier combinación de quesos con tomate, con verduras... Y si vamos a lo dulce... no hay límite.  Tartaletas forever, en serio.

Por supuesto que lo ideal es hornear tus propias tartaletas, y ordeñar tus vacas, cultivar tus tomates y criar gallinas, pero como nada de eso va a suceder en esta reencarnación, pues yo compro las tartaletas ya hechas, las hay de todos los tamaños, formas y colores.

INGREDIENTES

Para el pesto de rúcula

50 gr. de rúcula
25 gr de piñones tostados (no chinos, esa gente no tiene pinos, no se de que están hechos su piñones pero no saben a nada)
15 gr parmesano rallado (no el de bolsa, el de cuña, lo rallas tu, no seas vago)
1 diente de ajo
aceite de oliva y sal

Para la crema de queso

200 gr de queso de cabra (del fresco que se compra al peso, el que viene enrollado y prefabricado en la zona donde están los quesitos en porciones está malísimo y tiene una textura infame)
150 gr de nata 35%MG

Para el tomate confitado

6 tomates cherry rojos
6 tomates cherry amarillos
2 dientes de ajo
laurel
tomillo
azúcar
aceite
sal y pimienta

1. Empezamos con lo más pesado, escaldar y pelar los tomates, los cortamos en gajos y quitamos las semillas.  Reservamos

2. El pesto es una de esas salsas agradecidas que acompaña una pasta, unas patatas cocidas o incluso un filete a la plancha.  El típico es el genovés, que se hace con piñones y albahaca, pero realmente las variaciones son infinitas: pistachos, avellanas, anacardos... y rúcula, canónigos... El proceso es simple, majar en un mortero la hierba (rúcula en este caso), con el ajo y la sal hasta obtener una pasta.  Añadimos los piñones y seguimos majando.  Vertemos aceite y añadimos el parmesano rallado.  Se trata de obtener una textura granulosa con los ingredientes bien integrados.

3. Si teneis Kitchen Aid o en su defecto Thermomix, la crema de queso quedará mucho mejor si primero batís el queso con una amasadora en escudo (mariposa para los de Thermomix) y posteriormente la montais con las varillas, añadiendo poco a poco la nata muy fría para obtener una textura como de chantilly.  Poner en una manga pastelera

4. Colocar una fina capa de pesto en la base de la tartaleta, colocar con mucho arte los gajos de tomate alternando rojos y amarillos y rellenar la otra mitad con la crema de queso con cuidado de no superar el borde de la tartaleta

Decorar con hojas de albahaca o hierbabuena, o espolvoread pimienta, o incluso aceitunas muy picadas... 



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